Huesos

Ya no se oye el castañear de tus uñas por el pasillo ni hay huellas mojadas por el parqué que nos pongan de los nervios. Tampoco hay ya horarios ni madrugones los fines de semana para que respires tus veinte minutos de aventura. Las paredes ya no lucen las marcas de tu aburrimiento y los visillos se ven frescos sin rastro de tu pelo. También las alfombras parecen más bonitas y más blancas pero todas están tristes porque se les escapó el último resquicio de tu calor; y la habitación donde velabas por los sueños de otros, antes parda, se ha cubierto de ceniza.

El mundo ni se ha parado un segundo para leer el cariño que escribiste en cada rincón de esta casa tan oscura y a mí me confunde la certeza de que no volveré a verte, dador de besos y alegrías, como me confundió saber que tenías que macharte – demasiado pronto y con prisas, al igual que los héroes en las películas.

Acerca de Adelunes

Pies de pentadrama
Esta entrada fue publicada en Lo que se esconde dentro y etiquetada . Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a Huesos

  1. misspesadillaskanutas dijo:

    El amor incondicional, puro y desinteresado deja un vacío muy grande.

Replica a misspesadillaskanutas Cancelar la respuesta